«Se les va a podrir el tamal»; son defensores populares que aquí empezaron sin nada

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CDP PT


Este artículo fue publicado el 25 de marzo, 2019, en el muro Lubdup de Facebook y se reproduce por los resultados del proceso electoral y la postura de quienes traicionaron en esa ocasión y vuelven a traicionar. Asi funcionan los intereses. El dinero es primero. Se incluyen las mismas fotografias publicadas en esa fecha.



Por Alfonso Blanco Carbajal

La ambición de poder marea y hace más sádicos a los que solo viven del oportunismo social, llámese PT, CDP o cualquier alianza fantasma como la de Gonzalo Yañez

Parece que a los filibusteros petistas algo se les empieza a descomponer por el madruguete que trataron de hacerle a Morena, y se les pudre si el Movimiento de Regeneración Nacional «le da pa'trás» a la coalición del amanecer, la del madruguete.

ALFONSO PRIIMITIVO RIOS VAZQUEZ

Alfonso Primitivo Ríos Vázquez se dio el lujo de prometer acabar con la corrupción, la impunidad y las vergüenzas que padecen los duranguenses, durante una entrevista transmitida a través de Facebook por el periodista Edgar Burciaga. Incluso juró que José Ramón Enríquez Herrera ya había terminado su carrera política y que el PT estaba preparado para participar en la contienda electoral con Ríos como candidato. Trató de lucirse.

Los filibusteros no son nada fotogénicos. Se mueven para atraer la atención del público y solo cometen traspiés en su desesperación por apoderarse de la alcaldía de Durango capital.

Falta que sea cierta la caída del alcalde porque lo han «descontado» y no han conseguido tumbarlo. Quieren aterrizarlo, pero les salió respondón en cada descontón. Ni novato ni dejado y, menos, desorientado. Bajaron hasta el fondo de la escala grafica de probabilidades con la coalición frustrada. Hicieron un aterrizaje forzoso y su adversario político, sin hacer mucho ruido, espera el momento oportuno para entrar de nuevo al foro comicial. Le dan otro sabor al caldo electoral.

Incluso se sienten tan fuertes que con su doble moral denuncian errores y desaciertos del gobierno estatal, como causales de una futura derrota panista, en su frustrado intento por desprestigiar para cubrirse de gloria con más engaños populistas. Ese es el recurso que a muchos aspirantes les ha funcionado.

Los pillos petistas están desesperados porque sienten que se les puede hacer agua esa candidatura única que buscan. No representan ninguna esperanza, no importa la ideología partidista ni el grupo político que representen. Son una lacra y nada más. Tampoco es un baluarte que alguno de los contendientes o aspirante a pelear la alcaldía se refugie en el cargo político que ostenta.

La lucha es permitida, pero los electores van a poner en la balanza el perfil de cada candidato, y es probable que recurran al sufragio cruzado, al fuego amigo, para cobrar engaños y desengaños de haberle dicho «estoy contigo» y luego le pegaron por la espalda y le jugaron el dedo en la boca.

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Primitivo Ríos descubrió que el pueblo, la gente, la sociedad civil, los gobernados y los gobernantes se encuentran inmersos en esa corriente innovadora del cinismo. El enfermo que contagia se siente sano y ve descomposición en todos lados. No percibe la pestilencia que emanan sus procedimientos y los de la misma manada. Es uno de los brujos mayores del PT en Durango.

Para hablar con cinismo del mismo cinismo se requiere vivir en el limbo y creer que todos piensan, opinan y hablan lo mismo. Se debe navegar con bandera de tonto y darse baños de pureza en una sociedad que los conoce. Violan los derechos laborales del personal magisterial que presta sus servicios en los CADIs. Son defensores sociales que ofenden con engaños y se aprovechan de mucha gente que tienen a su servicio.

Si no son déspotas en su trato con sus seguidores y si no pisotean la dignidad de quienes insisten en dejarse seducir por sus engaños no son defensores sociales. Reúnen el perfil para ser esa clase de protectores populistas con antifaz. ¿Así van a acabar con la corrupción y la impunidad?

El mismo «Tirantes» ha entonado esas discordantes notas musicales de «vamos a acabar con la corrupción, la impunidad y las mafias de poder» en la tribuna del Senado de la República. Son los filibusteros que llegaron a Durango con una mano atrás y otra adelante. Hoy están forrados de billetes producto de lo que tanto denuncian para que los vean honestos y decentes.

Son corruptos. Son impunes. Ellos también son mafiosos. No ha habido entre ellos un juez que comience a limpiar la podredumbre que abunda en su propia vivienda. Por supuesto que «no son hermanos de la caridad» y no están dispuestos a sacar la suciedad que no distinguen porque son portadores de esa indigestión social.

Bucaneros con impunidad, o fuero -para ellos es lo mismo-, tratan de verles la cara a funcionarios y jueces electorales con documentos apócrifos. Salieron más largos que aquellos a quienes juraron iban a combatir porque la gente «ya esta cansada con tanta tranza». Pa’ su mecha. Ese es el cinismo al que se refirió el tranza que no tiene nada de primitivo en esos menesteres.

El quinteto formado por Gonzalo Yáñez, Marcos Cruz Martínez, Juan Cruz Martínez, Alfonso Primitivo Ríos y Gustavo Pedro Cortés está bien identificado por el antifaz que cubre su identidad. Vale más que ya no le hagan al ensarapado y dejen de pregonar la moral que no tienen. Fingen decencia y quieren arrastrar a medio mundo con su imagen de niños buenos. No jalen que descobijan.

La caballada está muy flaca. Hay puros rocinantes en la competencia y no ha salido un buen candidato que represente a los partidos que ya escogieron su favorito. Lo mismo de siempre. Solo buscan llevar más agua a su molino. Lo cierto reside en la decisión que tome el alto mando de Morena. Si le dan palo a la alianza le parten la madre a Gonzalo, porque quiere obtener sin dificultad la presidencia municipal de Durango capital.

Gonzalo es mal perdedor. Si no obtiene lo que pretende destruye el mobiliario de las oficinas del partido político de su propiedad. Así descarga sus frustraciones. Rompe sillas, una por una. No le importa que lo vean o no. Le tiene sin cuidado si ese comportamiento lo desprestigia porque su imagen ya está muy deteriorada. Y con las mismas sillas rompe espejos, cristales y todo lo que puede destruir porque es una terapia muy necesaria para restaurar sus heridas ególatras. Esa es otra característica de su personalidad pública.

Tienen un historial desprestigiado y en estos momentos están bajo la mira colectiva. Muchos esperan la oportunidad para cobrarles en las casillas electorales el daño que han hecho. Aparte viven con el riesgo constante de que se les comience a «podrir el tamal».

ABC

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