Junto con el PRI y el PAN, morenistas y petistas tambien celebran el resultado de la elección.
Por Alfonso BLANCO CARBAJAL
Todos llegaron contentos. Toño Ochoa y su planilla, acompañados por los dirigentes del PRI y el PAN, arribaron directos al podio. A lo que iban, y en coro comenzaron a cantar la frase del momento, de las ocasiones que solo se presentan cuando se obtiene la victoria en la lucha por algún puesto de elección popular.
Todos gritaban y se auxiliaban con un micrófono para ser escuchados. No era necesario. Gritaban con «ganas», pero el aparato en la mano les da un «look» distinto. Más chido, pues.
-¡Si se pudo! ¡Si se pudo! ¡Toño presidente! Su frase musical, introductoria de una noche de regocijo, de esas que tienen el sello de «chin chin el que se duerma sin celebrar la victoria», o «chin chin el que se raje a seguirle», sonó tentadora para disfrutar lo que está lejos, por ésta ocasión, de los oponentes que Breno evaluó «Vae Victis», que significa «¡Ay de los vencidos!», al ver a sus enemigos cuando sitió y venció a los romanos.
Hay tiempos con victorias y tiempos con derrotas. Es una regla universal porque no siempre se gana, y cuando se vence varias ocasiones llegan caídas inesperadas, pero esta ya estaba programada. Se vio desde un principio y se escuchaba en todas partes. No le gustó a muchos morenistas porque estaban mejor enterados.
Toño solo se dejó querer por la muchachada que lo atendió con vítores y palmas, y entre ovaciones y elogios compartió su triunfo electoral con los duranguenses. Expresó que “Hoy ganó Durango y vamos por más orden, más cercanía, más resultados, más grandeza para Durango”.
“Vamos a sumar a todos. Aquí no caben los rencores ni las divisiones. Está demostrado que cuando hay unidad, garantizamos los resultados”. Dio a entender que borrón y cuenta nueva, y puso sobre la mesa su ofrecimiento de gobernar para todos.
Toño se autodescribe no apto para las confrontaciones porque siempre se requieren dos, y él prefiere ausentarse y negarse para no caer en incidentes desagradables. Tal vez por eso reitera que en él no caben rencores ni divisiones.
Junto con Toño celebran su victoria los morenistas y petistas que se mantuvieron al margen de la campaña electoral de José Ramón, los mismos que convocaron a ruedas de prensa para enlodar, desprestigiar y hablar mal de su candidato. Unos, los correligionarios de Toño, emitieron su voto por Toño. Cumplieron lo que prometieron, y los morenistas y petistas, que buscan las victorias pírricas que afectan a otros, también votaron por Toño.
Los que hablan mal del que señalan de traidor son traidores. Los que clasifican de corrupto a quien les estorba o les cae «gorila» son corruptotes. Hay que hablar mal del adversario, desnudarlo, exhibirlo para cargarle todas las frustraciones que opacan el brillo de la deshonestidad, tarjeta de presentación de los acusadores. Así lo hicieron.
Esos petistas y morenistas no son de a pie, son los de más arriba, esos que ya probaron las mieles del ámbito político. Ya han estado en posiciones de elección popular y se sintieron desplazados porque creyeron que tenían mas derechos y el mismo AMLO se los quitó, así como privó a José Ramón la candidatura a gobernador hacer tres años para designar a Marina Vitela.
Los seguidores de Enríquez Herrera la tumbaron por venganza. Lo comentaron con mucha anticipación en sus muros de Facebook. Otros lo expresaron con charlas amenazadoras o advertidoras de que el día de la elección iban a convertir el voto en un pagaré como el que le cobraron a Marina Vitela.
La victoria electoral de Toño puede ser la tumba política para todos los expriistas que fueron «contratados» por la supuesta capacidad pedagógica en arte dramático y su supuesta experiencia que parece fue vaciada toda en fingir ataques de la policía. No se trata de defender a los policías. Dicen las reglas que una vez es casualidad. Dos veces es coincidencia, pero tres y mas de tres ya es algo premeditado para ejecutarlo con alguna intención. Son dudosos algunos casos por las coincidencias y otros son mas dudosos porque si hubo detención y presentación ante el agente del ministerio público. Lo denunció en una rueda de prensa la presidenta del PRI, Dany Soto.
Comentan que los candidatos de Morena fortalecieron sus discursos con criticas, señalamientos corrosivos, agresiones verbales y otras practicas vergonzosas, propias de pleitos entre mujeres conflictivas de las vecindades. Eso le dio buenos resultados a AMLO, pero ya dejo de ser un recurso valioso por su vulgaridad. Visto desde el ángulo bíblico son plañideras, despreciables ante los ojos de Dios. Observados en la esfera social son chismes de baja estofa, practicas antiéticas y costumbres saturadas con la vulgaridad con que navegan en el bajo mundo. Bajaron el arte del buen gobierno al bajo mundo y provocaron repugnancia con esa fracesita absurda que les provoca risa a los mentirosos, a los adoradores de Caco y a los imitadores de Judas.
Si esos actos, fortuitos o deliberaos, fueron creados con la asesoría de los expriistas «expertos», entonces fue muy pobre la aportación, o más bien fue todo lo que pudieron darle a «su nuevo partido» y lo arruinaron.
Por esta ocasión, Morena, manoseada por Andrés Manuel López Beltrán, adquirió puros cartuchos quemados. Por su nula experiencia política, Andy se entusiasmó en la necedad de llenar huecos con supuestos astronautas de la política y consiguió inexpertos que ni siquiera fueron pilotos de avioncitos de juegos mecánicos.
Eran visibles las actividades efectuadas por las presidentas estatales del PRI, Daniela Soto, y de Morena, Lourdes García Garay. Una se dedica, desde que fue designada en ese puesto, a trabajar con la unificación intergrupal de los comités municipales, y la otra a desunir, hasta que alguien le dijo que «ya le bajara la espuma al chocolate» porque desunía más a la gente que estaba descontenta con los conflictos internos.
Muchos hablan de lo que sienten y de lo que escuchan, y coinciden en sostener que el resultado de la elección es una manifestación de rechazo directa para Andy López Beltrán.
Se dice que no lo quieren, que lo repudian. Es el vencido y a muchos no les agradó su llegada «arrogante, con ínfulas de conquistador. Declaró que Morena iba a ganar los 39 municipios de Durango» y los electores lo mandaron a la tercera posición en el estado. Esa si es una sorpresa desagradable y más porque en el mensaje le dicen que es repudiable.
Andy no celebra la derrota, pero lo que se negaron a respaldar al candidato, Morena y el PT, ellos si disfrutan como han disfrutado en ocasiones anteriores.
Para unos, la celebración es con la frase completa: ¡Si se pudo! ¡Si se pudo! ¡Toño presidente!
Para otros la fiesta se describe con un trinomio de significado lacónico, simple, pero de grandes satisfacciones porque otra vez, para ellos, morenistas y petistas ¡Si se pudo!
Comentarios